En Europa, los títeres fueron usados al principio por la Iglesia para hacer representaciones de pasajes bíblicos y leyendas de santos. Después comenzaron a popularizarse, y se llevaron a escena cuentos, historias de caballería y de bandoleros. Las obras eran de carácter cómico o dramático, tomadas sobre relatos que se iban transmitiendo verbalmente, de generación en generación. Muy rara vez aparecían en escena más de dos personajes. El público solía intervenir casi siempre en las representaciones, y el titiritero se veía obligado a improvisar y a apartarse del argumento.
Fuente:
Extraído de la revista Teatro, Año 4, N° 13, Buenos Aires, julio de 1983. Teatro es una publicación periódica del Teatro San Martín, perteneciente al Complejo Teatral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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